Comentado Blade Runner afirmé que quienes se embarcaron en un semejante proyecto estaban locos, dada la enorme complejidad tanto de adaptar el texto original en que se basa como para plasmarlo imágenes de forma creíble. Bueno, pues lo mismo podría decirse de quienes se empeñaron en rodar una secuela para estrenarla en 2019, como si fuese una especie de guiño al hipotético 2019 mostrado en la cinta de Ridley Scott.

Porque empeñarse en rodar una secuela de semejante película era sin lugar a dudas una locura, pero el caso es que fue el propio Scott el que la impulsó, después de años barajando la idea con la intención de sacar réditos como ha venido haciendo con Alien, ya sabemos con qué resultados. El aviso respecto a lo que podía suceder no pareció importarle mucho y de hecho incluso pretendió rodarla él mismo, pero al final fue el mediocre y pretencioso Denis Villeneuve quien se encargó de los bártulos de dirección.

A la vista de todo esto, no puede decirse que el resultado sorprenda por esperado. Está claro que Blade Runner 2049 se beneficia del paso en tiempo en la parcela técnica porque el rodaje, efectuado en Hungría para ahorrar, fue mucho menos complicado que el de la Blade Runner original. La suma de avances infográficos y dinero puede con todo, y se nota en un apartado visual apabullante, en el que no existen límites para los técnicos porque absolutamente todo cuanto puedan imaginar puede mostrarse en pantalla. Una vez más, el diseño de producción brilla significativamente, resultando muy llamativo el intento por mostrar una evolución del mundo y su tecnología no a partir de nuestro presente actual, sino del escenario que Sid Mead planteó en 1982. Para entendernos, una especie de 2049 alternativo imaginado a partir del 2019 mostrado en Blade Runner, y hay que reconocer que queda muy bien. Es, de calle, lo mejor de la película junto a la espectacular fotografía de Roger Deakins.

El problema es que lo demás no está a la altura. Empezando por el guión, también de Hampton Fancher como en Blade Runner y que, pese a reutilizar los mejores mimbres de la historia original (la mezcla de géneros entre ciencia ficción y cine negro, con argumento sobre un detective con un caso por resolver como hilo conductor), carece de prácticamente todo lo que le daba consistencia o bien no lo utiliza adecuadamente. Lo intenta pero no le sale y se queda a medio gas. Le sigue la dirección de Villeneuve, que permite a Ryan Gosling una interpretación hierática, realmente floja, y se empeña en alargar tomas de forma innecesaria hasta pergeñar un mamotreto frío y sin alma. Hasta la música es una mala copia de la compuesta por Vangelis en su día, algo que da que pensar porque nadie tiene la dignidad siquiera de mencionarle en los créditos.

Vamos, que en resumen Blade Runner 2049 es un poco coñazo.

Resultado: pues eso.

Ficha en la IMDB.

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