Clásico del último tramo de los años 80 que sin embargo a punto estuvo de no ver jamás la luz, porque los propietarios del guión estaban convencidos de que era una mierda y lo tuvieron guardado en una cajonera hasta que lograron vendérselo al productor David Jeffen creyendo que se habían quitado un peso de encima. Fue Jeffen quien le vio potencial y encargó a Tim Burton la tarea de dirigirlo porque le había gustado su debut cinematográfico en La gran aventura de Pee-Wee, aunque no sin antes rebajar su tono sumamente oscuro y violento por otro más accesible al gran público y, por ende, a la censura. Por ejemplo transformando a Bitelchús, inicialmente un asesino despiadado que incluso viola a la hija de la familia protagonista, en una especie de gamberrete entrañable pese a su maldad intrínseca.

Bitelchús definiría el estilo del cine de Tim Burton mediante una fórmula magistral que viene reutilizando incansablemente desde entonces, aunque lleve décadas mostrando signos de agotamiento. Su actor fetiche Johnny Depp aún no andaba por ahí, pero sí hicieron acto de presencia otros que se harían casi inseparables del director durante la primera etapa de su carrera, como el futuro Batman Michael Keaton o el gran Jeffrey Jones. Junto a los protagonistas Alec Baldwin y Geena Davis, en la cresta de la ola por entonces, conformaron un largometraje que aún hoy merece figurar entre los mejores de Burton y que como comedia (negra, por supuesto) funciona muy bien pese al ridículo happy end con el que concluye, otro cambio obligado por el productor.

El éxito de la película (prácticamente una serie B hecha con los medios justos pero que recaudó un pastizal) conduciría al intento de producir un secuela que por fortuna no llegó a buen puerto porque los guiones presentados a Burton no eran de su agrado, aunque vista su situación actual de absoluta decadencia ya veremos si no termina por animarse finalmente. De momento otra estrella de la película muy venida a menos desde hace siglos como Wynona Rider ya ha dicho que el día que Burton se atreva a dar el paso, ella está dispuesta. Veremos en qué acaba, pero vistos antecedentes previos la cosa no pinta muy allá.

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