El titular del post y la foto de encabezamiento casi bastan y sobran para comentar una de las películas más reconocibles y definitorias del cine contemporáneo. Aunque pueda resultar increíble, fracasó estrepitosamente en el momento de su estreno y dado el alto coste de producción, cercano a 21 millones de dólares, John Carpenter quedó contra las cuerdas frente al estudio que había puesto el dinero. Dejando a un lado algunas incongruencias y tópicos habituales en cualquier peli de terror que se precie (gente que se dispersa sin motivo aparente para que el monstruo se la cepille y cosas así), no hace falta decir que estamos ante una cinta estupenda, tensa, emocionante, malrollera y bendecida por unos efectos especiales alucinantes, que acabó superando con sus virtudes la condición de “remake innecesario” endosada por muchos críticos, hasta el extremo de eclipsar totalmente el original de 1951.
PELICULON!!!!
También me gustó la continuación que hicieron hace no tanto ¿cómo la ves tú?
La veo notablemente más floja que esta, dónde va a parar.